Defender la jerarquia

Las empresas y los proyectos software no son sistemas democráticos, son más bien jerárquicos, más o menos rígidos. Es una estructura de delegación. Sobre todo en proyectos grandes y muy industrializados. Cada persona tiene una responsabilidad sobre la que se le va a exigir y sobre la que tiene autoridad. Cuantas más responsabilidades tienes, normalmente más necesidad tienes de delegar ciertas tareas o áreas en otras personas.

En esta entrada quiero hablar sobre la defensa de esa jerarquía. A veces te encuentras con problemas o divergencias con compañeros, vamos a poner por ejemplo un programador, que se quejan de, vamos a poner su analista (o superior o responsable o jefe o supervisor o …) y recurren a ti como, vamos a poner jefe de proyecto (o superior de su superior).

Puede ser que tu opinión concuerde con el criterio del analista, con lo que lo que haces es refrendarlo. Pero puede ser que no coincida.

Esta situación puede ser delicada ya que se puede entender como un cuestionamiento del criterio del analista.

El problema viene porque si socabas la autoridad o criterio de ese analista puedes encontrarte con que lo anulas, ya que el programador ve que el jefe de proyecto no respalda al analista, con lo que cada vez el programador se siente con más libertad para no seguir los criterios del analista, pensando que cuando se monte lío, recurrirán al jefe de proyecto y este le dará la razón.

Siempre que he me he encontrado en una situación de estas he procurado no socabar el criterio o autoridad, ya que eso se acabaría volviendo en mi contra. Pero tampoco refrendando al analista incondicionalmente.

He estado en alguna situación rocambolesca en la que he sido yo el que ha estado en medio, no siendo respaldado por mi jefe, y lo más curioso es el motivo, por un afán de mi jefe de ir de colega con los programadores… Menos mal que mi jefe a su vez tenia un jefe que puso un poco de cordura.

Hay que tener mucho tacto en este tipo de situaciones, en las que se pone en cuestión la jerarquía.