El otro día una amiga y compañera de trabajo me comentó que escribía cosas muy raras aquí. Esta entrada no le va a defraudar…
A veces es curioso el mecanismo que tiene el cerebro para asociar ideas. Resulta que estaba buscando por Internet información sobre productos de «grooming», vamos el aseo personal de toda la vida, ya que aparte del tema del afeitado, tengo un problema para encontrar un desodorante que no me irrite la piel, sea efectivo y no me destroce las camisas.
Acabé en el web de Lóccitane . No he probado todavía ninguno de sus productos, pero me gustó el planteamiento que exponen. Viene a ser un preferimos productos naturales, pero en algunos casos como no hay un equivalente natural de calidad, usamos productos sintéticos. Digamos que un naturismo/ecologismo práctico.
Eso me hizo recordar una vez, al principio de mi carrera profesional, que tuve el privilegio de tener una entrevista, casi una clase particular, con uno de los profesionales de la zona más respetados en la selección de personal.
Me comentó muchas cosas, una de ellas es que había que intentar ser lo más normal del mundo, y concretamente me dijo que nada de enviar los curriculums en papel reciclado, porque corría el riesgo de que el destinatario se pensase que era un ecologista que le iba a andar luego con que la moqueta de la oficina no era ecológica y cosas de esas.
Este planteamiento va en contra de los planteamientos de marca personal, de diferenciarse para aportar valor y no ser un profesional de marca blanca.
Los curriculums contestan a tres preguntas (Esto también me lo contó el):
- Quien soy, es decir mis datos personales.
- Que se, es decir mi formación académica y no académica.
- Que he hecho, es decir los trabajos y las tareas que he realizado.