El cliente manda. Una historia de como hacerlo mal.

Hace no mucho uno de los jefes de la empresa en la que trabajaba me dijo una cosa con la que estoy muy de acuerdo. A la gente joven y sin experiencia hay que enseñarles, no solo a programar, sino a como se trabaja.

Se notaba que aparte de ser uno de los jefazos de la empresa era profesor de universidad. De hecho fue profesor mio y creo que de media empresa.

Total que ayer en el recibidor de casa de mis padres vi, como otras cientos de veces, la «alfombra» pero hoy me he animado a contaros la historia detrás de esta alfombra, ahora que está tan de moda el StoryTelling.

Cuando se compró la casa estaba muy deteriorada y se hicieron reformas, una de ellas fue cambiar el suelo. Se contrató un albañil, en buena hora escogimos a ese… En fin.

Mis padres solían pasarse los fines de semana para ir dándole instrucciones al albañil. Cuando iba a abordar el recibidor de la casa estuvieron con el colocando las baldosas y las grecas para indicarle como lo querían. Concretamente de tres baldosas por tres baldosas, porque cuatro era demasiado pegado a las paredes y quedaba mal.

El fin de semana siguiente cuando llegaron lo que vieron fue una «alfombra» de cuatro por cuatro. Cuando le preguntaron al albañil porque no lo había hecho como acordaron, les dijo que es que le parecía que quedaba mejor así.

Lógicamente se lo hicieron cambiar.

Y de estas nos hizo unas cuantas. Al de un tiempo nos enteramos que realmente era un peón de una cuadrilla que se había puesto por su cuenta.

Pero mira que es sencillo, si tu cliente quiere una alfombra de tres por tres, pues se la haces de tres por tres. Salvo que lo que tu cliente te pida sea una cosa descabellada o peligrosa o similar, y en estos casos lo que se debiera de hacer es intentar convencerle de su equivocación, siempre con delicadeza. Pero hacer lo que te pida.

Cuando vemos estas cosas, y seguro que todos nosotros tenemos alguna de estas experiencias, nos llevamos las manos a la cabeza. Como nos comentó un albañil que contratamos para rematar algunas cosas que fueron surgiendo: «Esta gente es la que nos da mala fama».

Lo complicado es que en nuestro sector seguro que hemos visto cosas equivalentes a estas.

Pero es muy simple: el cliente manda.